BIOGRAFÍA

     Nació diez días antes de que la humanidad pisara la luna, en Morón de la Frontera, Sevilla. Menor de seis hermanos, se crió al arropo de historias contadas al anochecer por su padre en las que la mejor distracción después de la cena radicaba en intentar
descubrir los volcanes del astro donde perdurarían aún las huellas de Neil A. Armstrong con unos viejos prismáticos utilizados como telescopio.

     Esas narraciones, contadas en la más absoluta oscuridad, bajo el único foco de las estrellas, le hacía soñar cada día con superar, algún día, la gesta del estadounidense. Con el tiempo fue descubriendo que las cosas no se conseguían solo con soñarlas así que fue volcando esos sueños en el papel y los fue guardando en un cajón para con el tiempo poder realmente elegir el que más se ajustara a sus posibilidades.

     Mientras tanto, se dejaba llevar por la afición al campo y al ganado de un veterinario, Antonio, su padre, en tardes después de clase en las que prefería acompañarlo a ver alguna vaca que en jugar con sus amigos en la calle, y en mañanas de sábado en que le era tremendamente fácil unirse a la pasión de Patrocinio, su madre, por la música clásica y por la historia.

     De aquella etapa quedan muchos recuerdos y varios escritos, alguna poesía e incipientes cuentos infantiles. Algo más tarde, cuando aún era muy joven, el destino decidió prescindir de dos de sus pilares, en un año aciago. Tras la muerte de sus padres decidió compatibilizar sus estudios de empresariales con el trabajo, pero con el tiempo, el segundo pudo más que el primero.

     De mente inquieta, con veintidós años, se volcó en el mundo empresarial en el que aún continua, acumulando en este sector más batallas perdidas que ganadas. Por el camino tuvo la dicha de ver alumbrar a sus tres hijos, Antonio, Eugenia y Ángela.
Conoció a Pepa, su musa y su esposa, poco tiempo después.

     Dedicado al turismo rural como empresario y al asesoramiento financiero, compagina su sustento con lo que realmente adora, la escritura, entregándose todas las tardes a tan gratificante afición.